💋 SÉ LO QUE QUIERAS SER: BREVE REFLEXIÓN SOBRE BARBIE 💋

💋 SÉ LO QUE QUIERAS SER: BREVE REFLEXIÓN SOBRE BARBIE 💋

Es quizá un fenómeno transcultural que oscila entre la aspiración y la limitación. Este icono, hijo de la Pax Americana tras la victoria en la II Guerra Mundial y el nacimiento de la Guerra Fría, es el empoderamiento femenino bajo ciertos requisitos y condiciones de un sistema que se ostentaba como el verdadero en Occidente. Ella se llama Barbara Millicent Roberts, y su madre, fue Ruth Handler.

Nace el 9 de marzo de 1959 y su principal característica es ser una muñeca con rasgos netamente adultos, inspirados en las muñecas alemanas Bild Lilli. Lo relevante es la acogida que tuvo de los niños que la preferían por encima de cualquier otra inocente muñeca, y la de los padres. Pronto, se convirtió en la pieza que alimentaba la ilusión pueril y sosegaba el vacío adulto que dejaba el jamás poder superar la perfección del sistema (simbolizado por Barbara a lo largo de las décadas con una capacidad de éxito increíble).

Efectivamente, apela a los anhelos más básicos del ser humano: la juventud, la belleza y de forma tangencial al poder. Pese a invitar a "ser lo que quieras ser", libertad es justo de lo que adolece si abandonase sus estereotipos, que aunque puedan ser adaptables, son el corolario de la contradicción que entraña la perfección y la realidad.

Tal tergiversación de la percepción impacta en una psique colectiva que quiere jugar al progreso, pero sigue anquilosada al pasado rindiéndole culto. No se puede ser lo que se quiera al enarbolar patrones que lo limitan. Es claro que el problema más grave no es la preferencia por Barbara, sino gue Barbara nunca pudo ser quizá lo que hubiera querido, con tal de permanecer vigente y aceptada por su público, porque… ¿Quién se ha preocupado por saber si desea seguir cumpliendo un rol de accesorio del sistema?

Por fortuna, es sólo una muñeca. No hay que inquietarse por sus sentimientos. Curiosa e intrínsecamente, con esto también nos obsequia la fórmula para poder ser lo que se quiera ser, y mejor aún, sin tener que pasar por el óbice ético anterior: ser un juguete accesorio al poder, a cambio de libertad.

No obstante, su aspecto más positivo es colocar a la mujer como protagonista de la historia. Puede gustar más o menos, pero su adaptabilidad ha sido apoteótica, pudiendo naufragar entre el cliché de la superficialidad que representa su estética, con los aires contemporáneos que exigen versatilidad y pluralidad en la praxis profesional y estilo de vida.

El fenómeno anterior no se observa en antagónicos masculinos, que no suelen ser más que simples figurines de acción inadaptados al cambio. Por su parte, Ken (que surgió el 11 de marzo de 1961) no ha sido más que el apéndice de Barbara, y cuya evolución, está supeditada a la vertiginosa y glamurosa vida que ella impone. Inclusive, su otro gran hito fue alienar su masculinidad, provocando que Ken fluctúe entre lo queer y lo tradicional, sin que a nadie le importe. Finalmente, Barbie es la protagonista y su magia está en hacer lo que ella quiera.

¡El mejor análisis es el tuyo!


J. Joel Padilla
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