🚨🕊 ISRAEL vs PALESTINA: BREVE HISTORIA Y UN FINAL INESPERADO 🕊🚨
El 7 de octubre de 2023 suenan las alarmas por un ataque de Hamás, grupo calificado como terrorista asentado principalmente en la Franja de Gaza. Este evento es el segundo en magnitud desde el 6 de octubre de 1973, en donde la existencia del Estado de Israel se vio en entredicho por las fuerzas egipcias. Sin embargo, el problema en su cara más próxima se remonta a 1947 y la creación del Estado de Israel por parte de Naciones Unidas, en el territorio de Palestina, una zona previamente ocupada con población mayoritariamente árabe y de religión islámica.
¿Cómo inicia todo?
El análisis es aún más complejo en su vertiente histórica. Quizá, todo inicia desde las épocas de la diáspora judía en la época de los romanos hasta las presiones contra ellos a lo largo de todos los siglos, agravándose con los movimientos antisemitas del siglo XX que derivaron en la II Guerra Mundial y exacerbaron ideologías previas tales como “Un pueblo, un territorio” (Sionismo) por parte de un sector judío. El problema es que Palestina en su origen, siempre estuvo habitada por los filisteos, los cananeos y los israelitas. Desde el siglo XX a.C. comenzaron los asentamientos de los cananeos y en el siglo XII a.C. los filisteos. Los israelitas comenzaron en el siglo XIII a.C. A excepción de los cananeos, es virtualmente imposible determinar con exactitud la precedencia de algún grupo étnico en Palestina.
A lo anterior, se suma el hecho de que Palestina, así como muchas otras regiones del Medio Oriente o África, son sólo el diseño de ocupaciones e intervenciones. La región fue dominada por los extintos Imperio Romano (I a.C.), Imperio Bizantino (IV d.C.), los árabes (VII d.C.), los Cruzados (XI d.C.), el Imperio Turco-Otomano (XVI) y la intervención específica de Francia y Reino Unido que dejaron tras el fin de la I Guerra Mundial y que sigue repercutiendo en la actualidad. Por ejemplo, la actual Palestina, Egipto, Jordania e Iraq fueron colonias y protectorados británicos, mientras que la actual Siria y Líbano fueron francesas, todas, con fronteras y nombres diferentes a los hoy conocidos.
Si el conflicto ya era espinoso por las diversas variaciones que existen del islam (sunitas, chiitas y ahmadíes) y la pluralidad de grupos étnicos, se volvió más cruento y errático tras la opresión del Imperio Turco-Otomano y posteriormente del colonialismo europeo e influencia estadounidense. De tal modo, auspiciar la creación de un área jurídica nueva con fronteras en pugna, intuitivamente no sugiere ni de lejos una solución pacífica ni duradera. Pero así fue, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas crea el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948. Asimismo, tuvieron el talento para crear más problemas: dividir Palestina en la actual Franja de Gaza y Cisjordania para facilitar un pequeño corredor israelí hacia Egipto y Jordania, con proximidad hacia Arabia Saudita; más otro corredor hacia Líbano y Siria.
Una bomba de tiempo…
Geoestratégicamente era una bomba de tiempo. La división creó enemistad con el pueblo árabe ya que a todas luces parecía un enclave y base militar contra ellos. Por tal motivo, se produjo la Guerra de los 6 días tras la creación, donde el mundo árabe perdió. Desde 1948 hasta 1967 se produjeron 3 conflictos, en cada uno, Israel iba anexionando más territorio palestino y expandiendo sus fronteras. El 6 de octubre de 1973 se inician las hostilidades que derivan en la Guerra del Yom Kippur por haber tomado más allá de Egipto y Siria, para finalmente retroceder y permanecer en los límites actuales. De 1973 hasta 2010, Israel fue desplazando y estrechando aún más los territorios de la Franja de Gaza y Cisjordania, generando las conocidas Intifadas (rebeliones populares de los oprimidos).
Sin embargo, y aunque no constituyan una guerra o sean eventos mediáticos por ser ajenos a intereses de Occidente, en todas estas décadas, la superioridad bélica israelí ha tenido innumerables hostilidades hacia Palestina que los ha obligado a replegarse o responder de forma torpe ante la ausencia de recursos. Esto ha facilitado la popularidad de grupos terroristas o de resistencia (según la óptica que se analice) que buscan la instauración de un Estado Islámico en la zona, como Hamás en Palestina o Hezbollah en Líbano. Inclusive, en sus inicios, Israel apoyó a Hamás (asentada en Gaza) en los años 80 para mermar a Fatah y la Organización para la Liberación Palestina (OLP) anclada en Cisjordania. Como se aprecia, este conflicto dista de tener víctimas (más que la población inocente que las sufre) y si muchos intereses por parte de naciones poderosas. Esta, es quizá la quintaesencia del conflicto en todo Medio Oriente y de otras latitudes: la aparición de grupos oprimidos de resistencia contra el imperialismo estadounidense y europeo, diseminados, minoritarios y asilados en su origen, que en algún momento de la Historia encuentran una causa y anhelo común, y los estrecha para luchar por él.
Del fin hegemónico a la multipolaridad…
Al tenor de la multipolaridad es como el conflicto puede entenderse. La “Pax Americana” de momento ha finalizado con el ascenso del titán chino y el avance del grupo de los BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos). En cierto sentido, la seguridad y existencia de los BRICS+ está en función de que no haya enemigos entre los amigos. Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y principalmente Irán, se unen para enfrentar al brazo regional estadounidense que durante décadas ha buscado desintegrar a Irán (parcialmente, además del petróleo, ello explica la obsesión de Washington en atacar Iraq y Afganistán). Si Irán cae, China también porque Irán es un enclave geoestratégico nodal con algunos recursos y es parte del “hearthland” de Asia. De igual forma, la expansión y consolidación regional de los BRICS+ depende también que no haya naciones más poderosas antagónicas; es decir, de la protección de su “lebensraum”.
Estados Unidos le debe todo a Israel, aunque parezca lo contrario; sin el capital judío, el capitolio no tendría sustento. Este, colaboró en su creación para ser su guardián en Medio Oriente. En oposición, China necesita la creación de un Estado Islámico que limite el expansionismo y supremacía israelí, al mismo tiempo que se erija como liberadora. Rusia, pese a tener buenas relaciones con Israel, tampoco es ajena del caos ya que tiene la misma lógica de desestabilización que crearon en Ucrania para estrechar su influencia e intentar debilitarla.
Las fronteras cambiarán. Jordania y la región del Kurdistán (área del Medio Oriente conformada por el sudeste de Turquía, el sur de Armenia, el enclave azerí Najicheván, el norte de Iraq, oeste de Irán y el nordeste de Siria.) serán vitales para el dominio continental, para la existencia de Israel y el debilitamiento de la OTAN con Turquía como soldado en el frente. El mundo actual son fronteras facilitadas por Estados Unidos y Europa, pero si pierden influencia, no hay necesidad de mantenerlas. De hecho, podría encontrar más vínculos comunes e históricos con la mítica región de El Levante, que las actuales Siria, Líbano, Chipre, Palestina, Israel y Jordania. Por ello, Israel necesita atacar la mayor cantidad de territorio lo antes posible, para así, negociar una eventual paz con pocas concesiones.
Un final inesperado…
Comprender el conflicto palestino israelí va más allá de esas naciones. Probablemente, ni Israel ni Palestina serán las ganadoras ya que existen vínculos más grandes entre otros pueblos. Un ejemplo es El Levante, pero no es el único. Egipto, Arabia e Irán tienen también intereses. Grupos como ISIS, Al Qaeda, Boko Haram, Talibanes, Hezbollah, Hamás, Movimiento de los Brazos de Egipto, Hermandad Musulmana, Pâsdârân, entre otros, tienen también sus intereses geoestratégicos. Finalmente, si el catolicismo posee a El Vaticano y el judaísmo a Israel, ¿por qué el mundo islámico no querría lo mismo, si es la religión con proyección de ser la más grande del mundo para 2050? En efecto, sólo les falta el capital que El Vaticano e Israel detentan.
No obstante, esto dista de ser culpabilidad única del mundo islámico y sus aspiraciones; pensar eso es equivocarse. Durante 2023, el gobierno de Israel comenzó una política de reducción de libertades (erosionando facultades de los Tribunales de Justicia) causando las mayores manifestaciones al interior del país desde su creación, a la par que intensificaba ataques terroristas israelís a aldeas palestinas para desplazarlas velozmente. Ante ello, Palestina lanzó varias advertencias internacionales que fueron ignoradas por Occidente, mientras se continuaba con los planes de autoritarismo político interno y se miraba a Ucrania. Ergo, ¿acaso Israel buscaba el ataque palestino, apadrinado por Estados Unidos, para justificar su guerra cuyo fin es la eliminación total de Palestina y limitar la expansión de los BRICS+ en 2024? Israel desde siempre ha requerido de chivos expiatorios al gozar históricamente de poca popularidad en su imagen internacional para emprender ofensivas unilaterales.
La coexistencia de un estado judaico e islámico se apetece inevitable en el corto y mediano plazo. Esta será la guerra proxy más inmediata entre Estados Unidos y China antes de verla en Taiwán, donde quizá no haya necesidad de luchar. En el largo, posiblemente Jordania, Siria, Iraq y Líbano desaparezcan o se fundan como gran amortiguador entre Israel, Turquía, Arabia e Irán. ¿Qué crees que sucederá?
Mientras, la población civil sufre. Por ello, es categórico enfatizar que los pueblos no son los intereses de los gobiernos. Ni todos los palestinos son culpables, ni todos los judíos son culpables. Los únicos culpables son los intereses geopolíticos e intereses de dirigentes y grupos cupulares. Por humanidad, la acción beligerante en contra de cualquier población civil siempre será condenable. Sin titubeo, el pueblo palestino posee gente valiosísima, así como el pueblo judío, que es un gran pueblo inteligente con grandes aportaciones científicas al mundo.
¡El mejor análisis es el tuyo!
J. Joel Padilla
Copyright: Joel Padilla 2023
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